Llegamos a Frank Almánzar por un retrato.

En una exposición anterior, el artista José Morbán presentó un retrato de un hombre que, hasta ese momento, para nosotros estaba casi olvidado de la memoria visual dominicana: Frank Almánzar. Ese gesto —un retrato dentro de otra exposición— abrió una puerta. Tras él apareció el artista gráfico puertorriqueño Alí Francis García, quien, luego de muchas conversaciones, nos compartió un fragmento del archivo que había ido armando, casi en silencio, durante más de cinco años de investigación. A través de Alí llegamos a ese archivo que se encuentra en el Archivo General de la Nación (AGN), un pequeño tesoro: una selección de portadas del suplemento cultural Aquí, del periódico alternativo La Noticia, realizadas entre 1978 y 1982.

En esas décadas, La Noticia —fundada por un grupo de ex empleados de El Nacional— fue un espacio de experimentación periodística y gráfica. El suplemento semanal Aquí, bajo la edición del poeta y escritor Mateo Morrison, funcionó como laboratorio visual para una generación de diseñadores y grafistas que entendían la página no solo como superficie informativa, sino como territorio de riesgo. Entre ellos, Frank Almánzar, junto a colegas como Alberto Bass y Carlos Sangiovanni, se turnaban la responsabilidad de diseñar las portadas, construyendo, número a número, una crónica gráfica del momento.


Las obras reunidas en esta exposición muestran a Frank moviéndose con soltura entre técnicas y lenguajes: serigrafía, grabado, offset, recursos cinéticos, procesos fotomecánicos y experimentos donde la imagen es distorsionada, fragmentada, rearmada. No se trata solo de “portadas artísticas”: son ejercicios de traducción visual de un clima cultural, político y poético, donde el diseño gráfico asume el riesgo de pensar y de incomodar.

Este proyecto expositivo es, a la vez, rescate y punto de partida. Rescate, porque devuelve a la mirada pública un grupo de piezas que forman parte de la historia gráfica dominicana y que pertenecen al AGN, institución clave para que estas memorias no se pierdan. Punto de partida, porque al seguir la pista de Frank se nos abren otras rutas: aparecen nombres como Alex Guerrero y René Fortunato, quien le dedicó un documental en 1987, y se dibuja con más claridad una generación de artistas diseñadores cuya contribución ha estado, por mucho tiempo, silente o dispersa.


Esta exposición quiere detener ese desdibujamiento. Al reunir estas portadas, no solo miramos la obra de Frank Almánzar, sino el entramado de colaboraciones, amistades, luchas y búsquedas que lo rodearon. En el cruce entre archivo, afecto y curiosidad profesional, encontramos una excusa para decir: esto pasó, esto existe, esto sigue importando.

Los Modafoca
Curaduría

-
Francisco Tiburcio Almánzar Jiménez
mejor conocido como Frank Almánzar.

Por: Alí Francis García

Nacido en Salcedo el 12 de abril de 1947, Frank fue hijo del luchador antitrujillista Tiburcio “Buzo” Almánzar, maestro-artista-constructor de múltiples mausoleos, edificios y casas solariegas. Su madre, Socorro Jiménez fue ama de casa. A muy tierna edad, perdió a su único hermano mayor que fue asesinado por la dictadura.

Su padre fue apresado y torturado en la cárcel “La 40” por el régimen de Trujillo. Siendo adolescente, Frank, a los 13 años participó en una protesta política en su colegio religioso del Santo Cerro y fue expulsado. Todas estas vivencias tuvieron una enorme influencia en Frank que lo llevó, a sus 15 años, a unirse a la resistencia contra los remanentes de la dictadura. Sus experiencias lo llevaron a participar en las luchas populares de los años 60, declarándose partidario de la filosofía existencialista de Jean-Paul Sartre. En 1963 se integra al Movimiento Popular Dominicano. Con apenas 17 años, Frank se alistó en los Comandos de la Revolución de 1965. A inicios de 1967, se afilió al grupo “Adelante”, escindido del Partido Comunista Dominicano, que luego se consolidó como Partido Socialista Popular (PSP), donde desarrolló tareas gráficas propagandísticas.

El partido le concedió una beca para estudiar en Moscú. En 1967, viajó a la Unión Soviética, Italia, Alemania y Francia, interesándose especialmente en los postulados conceptuales y tecnológicos de la Bauhaus. Esta experiencia lo impactó de una manera profunda que internalizó e influyó en su visión y filosofía artística.

Al regresar a su patria se integró decididamente en las luchas contra la represión del balaguerismo. Simultáneamente durante esa década, continuó sus estudios de artes plásticas en la UASD y realizó estudios de grabado con el profesor español Sánchez Borayta. Tanto en sus estudios académicos como en privado, Frank continuó investigando constantemente, analizando los desarrollos y las nuevas tendencias en el diseño gráfico que iban surgiendo a nivel internacional. Al egresar de la UASD en 1976, ejerció como profesor de diseño gráfico en la Escuela Nacional de Bellas Artes y dirigió la Unidad de Artes Gráficas de la Dirección de Cultura de la Secretaría de Estado de Educación.

Influencias.

A pesar de la predominancia oficial del clasicismo y del realismo socialista, la sensibilidad de Almánzar se vio tocada por otros fenómenos, que iban desde las técnicas del batik de Indonesia hasta las reproducciones seriales del pop norteamericano de Andy Warhol. La estética y los conceptos de Asdrúbal Domínguez, Paul Guidicelli Palmieri, Walter Gropious, László Moholy-Nagi y Wassily Kandinsky también tuvieron un gran impacto en el grafista. En el documental sobre Almánzar, “Imágenes de un artista” (1987) de René Fortunato, Frank afirma la influencia e impacto que sostuvo la cinematografía en su obra. El cine fue un aspecto fundamental en el desarrollo de su arte; sin él, su obra no hubiera sido igual.

No solo las artes visuales sino también la poesía y la filosofía fueron un gran estímulo para él. Lector voraz, Frank sentía una especial predilección por el poeta francés Arthur Rimbaud, por Pedro Mir, César Vallejo, José Carlos Mariátegui, Franz Kafka, Juan Bosch y por Máximo Avilés Blonda, que fue su jefe en la Unidad de Afiches de la Dirección General de Bellas Artes. La Unidad de Afiches usaba imágenes y tipografías para comunicar mensajes de carácter cultural, político o social.

En la Escuela Nacional de las Artes Visuales, Almánzar se destacó como un profesor completo y dedicado, ganándose el respeto y la admiración de todos sus estudiantes y colegas profesores. Abundó en los conceptos y fundamentos académicos de la Bauhaus. Viajó al interior del país, llegando a barrios y pueblos marginados, para llevar materiales de arte e impartir clases improvisadas a los niños pobres.
Un revolucionario de la gráfica.

La apertura democrática de 1978 también influyó decisivamente en su obra. Comenzó a trabajar en grandes formatos donde se representaba a las masas y los sucesos socio-políticos del momento. Al mismo tiempo comenzó a interesarse por las experiencias cinéticas de la escuela venezolana. Un ejemplo de esta etapa es su retrato de Duarte, que curiosamente comenzó como parte de una campaña de finanzas del PSP. A raíz del éxito de este ejercicio, en esa misma línea retrató a prominentes figuras como Gregorio Luperón, José M. Cabral, Francisco A. Caamaño, Francisco del Rosario Sánchez, Pedro Mir, Freddy Valdez, Pedro Albizu Campos, Chiqui Vicioso, Julia de Burgos y sobre todo volvió a elaborar la imagen de Juan Pablo Duarte. Su militancia en el PSP continuó hasta la disolución del partido en 1982 cuando pasó a las filas del Partido de la Liberación Dominicana. Durante su corta trayectoria como artista, Frank trabajó en asuntos temáticos que revalorizaron la dignidad nacional, a través de los rostros y figuras de próceres dominicanos y extranjeros.

En 1977, realizó una de sus obras emblemáticas: “In God We Trust No.1”, espléndido tríptico poligráfico-expansivo, con la cual obtuvo el Premio especial del Jurado en categoría libre de la XlV Bienal Nacional de Artes Plásticas (1979).

Legado.

Almánzar participó en exhibiciones individuales y colectivas, dentro y fuera de su país. Durante la generación de los 70, la Casa de Teatro se convirtió en centro fértil donde floreció una sinergia entre los jóvenes artistas que comenzaron a experimentar con las nuevas tendencias de la serigrafía, el sistema offset y el grabado, para la impresión de carteles. Dos artistas protagonizaron a “los grafistas”: Frank Almánzar y Carlos Sangiovanni - ambos tenían una visión intelectual progresista.

Frank fue autor de innumerables afiches, donde insistía en que lo que debe hablar es la imagen, no el texto. Su obra resaltó por su limpieza y nitidez del diseño - su sello particular. Por su filosofía política y su virtud como humanista, siempre abogó por enfocar las artes al servicio y al acceso amplio del pueblo. Por eso gravitó hacia el afiche, la serigrafía y el offset, sacrificando tal vez su ganancia económica pero nunca abandonando sus principios ni a su gente.

Durante esta década, el rotativo nacional La Noticia creó el suplemento cultural AQUÍ, con la dirección del poeta Mateo Morrison. Los artistas Carlos Sangiovanni, Alberto Bass y Frank Almánzar fueron convocados para realizar las portadas del suplemento. Los resultados de esa iniciativa tuvieron una repercusión masiva y contundente, con una visibilidad amplia, accesible a todo el país y colocó en primera plana una gráfica estética sin precedente en el ojo público.

Nuestro Frank.

A sus 36 años se le diagnosticó un tumor cerebral que se sospecha que fue el resultado de los golpes en la cabeza que sufrió durante las manifestaciones estudiantiles de la UASD. Frank ascendió a la inmortalidad un 13 de agosto de 1986, a la temprana edad de 39 años, en la ciudad de Santo Domingo.

Sus obras están dispersas en colecciones privadas, amistades, colegas artistas y familiares. El Museo de Arte Moderno de Santo Domingo es custodio de algunas de sus obras. En 2021, por iniciativa de Chiqui Vicioso, en colaboración con Roberto Cassá, se logró establecer una nueva sala en el Archivo General de la Nación (AGN) para preservar obras de arte. En dicha sala, que lleva el nombre de Frank Almánzar, hoy se preservan una serie de fotografías, artículos, bocetos, diarios y el bulto personal que pertenecieron al nombrado pionero de la gráfica.

En su aspecto personal, a Frank se le conoció como un hombre intelectual, creativo, humilde, carismático, solidario, transparente y fraternal. Le fascinaba el cine, los libros, los juguetes, su trabajo y la serenidad. Su carrera artística y su docencia fueron relativamente cortas, pero su legado, contribución y su impacto seguirá siempre presente. La incesante innovación y vanguardia inquieta de Frank Almánzar lo colocó en primera línea de la modernidad gráfica dominicana. Sus contemporáneos y críticos de arte lo consideran como uno de los máximos renovadores del diseño gráfico de la República Dominicana y del Caribe.


Alrededor del año 2003, muchas de las guaguas públicas de Santo Domingo, también conocidas como voladoras, tenían unos stickers de estas águilas, en distintas combinaciones de colores y varios tamaños. En ese tiempo yo salía a menudo con Ian a tirar fotos por toda la capital, pero especialmente nos gustaba ir a la Mella, la Duarte y a la Zona Colonial, donde descubríamos joyas de la gráfica dominicana.

En ese momento surgieron muchas conversaciones en torno a la gráfica vernácula, y documentábamos lo más que podíamos con nuestras camaritas digitales Canon PowerShot que llevábamos en los bolsillos, porque todavía no teníamos celulares con cámaras. Fotografiábamos de todo, letreros de cabañas, mosaicos hidráulicos de la Zona Colonial, hierros decorativos, gráficas en vinyl decorativo de las guaguas públicas, logos vintage, letreros de las tiendas de la Mella, tipografías encontradas, discos de pasta, remedios caseros del Mercado Modelo, telas, detalles arquitectónicos, la moda de la gente, productos del barrio chino, libros viejos, en fin, todo lo que nos representaba una idea gráfica interesante se ganaba unos mega píxeles dentro de nuestras memory cards de 32 Megas. De estos paseos salió mucho del contenido que desarrollamos en los inicios de Modafoca , especialmente de las camisetas. Un par de años más tarde, Maurice Sánchez me prestó un sticker de estas águilas para usarlo en una idea que tenía.

Hace unos días encontré esta foto del scan que le hice al sticker. Recuerdo como hoy el día en que en mi cabeza se cayó de la mata esta idea para la camiseta ‘La Voladora’. En ese momento las famosas “voladoras” alzaron vuelo. Para mi, no era casualidad que llevasen estas imágenes pegadas. También encontré el folder con 150+ guaguas en la av. Independencia con Máximo Gómez, tratando de conseguir esa voladora perfecta en el ángulo perfecto para hacer el montaje. Hoy en día creo que hubiera tomado decisiones de diseño completamente diferentes. Pero esa era la magia del momento. Ese era el yo de ese entonces.

#santodomingoesunapoesia #modafoca #diseñovernáculo



Jorge González
Junio 3, 2023.
Una exploración sobre
la gráfica vernácula dominicana.
En búsqueda de la historia detrás de estos mosaicos.

Ian y yo nos conocimos alrededor del 2003. A pesar de que ambos estudiábamos y vivíamos al mismo tiempo en Barcelona antes de esa fecha, nunca nos conocimos. Incluso fuimos a los mismos conciertos y hasta nos juntamos con conocidos en común casi los mismos días, pero no nos tocó conocernos en ese momento. 

Coincidimos ambos en Santo Domingo cuando entramos a trabajar en la agencia Cumbre como diseñadores gráficos,. El entró a trabajar un proyecto interno de la agencia y yo con la dupla de Angel Rosario. Casi inmediatamente nos dimos cuenta que teníamos intereses en común, muy especialmente en la serigrafía y en la gráfica vernácula dominicana. 

Para entonces, y gracias a un picoteo que hice, me pude comprar mi primera cámara digital, una Canon PowerShot S200. Un escándalo. Era super práctica, tiraba fotos increíbles, grababa video y cabía en un bolsillo. Ideal para andar pa’rriba y pa’bajo con ella. En esa época, para mi era casi más importante andar con mi cámara que con un celular. 

Yo lo fotografiaba todo. Todavía tengo muchísimos DVD’s llenos de backups de fotos de esos años. Fotos de cumpleaños, de 8 Puertas, Tamaño Bar, el Falafel, Carolus Bar, amigos en la playa, amigos de bonche, viajes, coros de la agencia, exposiciones, y un sin fin de fiestas, letreros, tipografías, y demás cosas que me pasaban por el frente. Hay días que me toca buscar algo en esos backups y puedo durar horas viendo fotos de esa época.

Durante una época me cogió con hacer video arte y muchas de esas piezas audiovisules las logré gracias a la PowerShot. Durante un tiempo grabé la pantalla de mi tv mientras pasaba canales cada noche que llegaba de la agencia o de un bar. Hice un video llamado ‘Zapping’ que justo terminando de editarlo, me llamaron para poner visuales en un cumpleaños que resultó ser el de Jenny Polanco (la conocí ese mismo día) y terminamos proyectándolo en el lateral de un edificio de la Zona como parte de la fiesta. Nunca olvidaré esa noche. La banda Superchin tocó en un techo y la gente no paraba de bailar.

Ian y yo salíamos a caminar, cada uno con su cámara en el bolsillo, la pila full y el memory vacío, con el dedo listo para tirar fotos, aunque lo que más hacíamos era armar teorías de todo lo que nos pasaba por la cabeza, mientras le dábamos forma a lo que empezaría a ser Modafoca unos meses después.

La ruta empezaba en la Zona Colonial y se iba expandiendo hacia Villa Francisca, el Barrio Chino, la Duarte, la Mella, incluso llegábamos a VillaCon. Documentábamos todo lo que encontrábamos. Al principio empezamos una colección de mosaicos hidráulicos de casas de la Zona. Llegamos a tener decenas, incluso siguen por ahí, vectorizados. Luego empezamos a enfocarnos en logos locales antiguos. Después fuimos añadiendo letreros, tipografías, ilustraciones comerciales, moda, gente, arquitectura, comercio, en fin, cualquier cosa que nos sirviera de inspiración y contar las historias que queríamos contar a través de las camisetas, pero sobre todo, nos permitía poder observar nuestra cultura y el comportamiento de la gente.

Un día, caminando por la Mella, después de durar como una hora viendo y fotografiando los diseños de los discos de pasta que tenía un vendedor en la calle Altagracia, nos topamos con los mosaicos de la acera de la tienda La Sirena. Siempre nos había fascinado el logo antiguo de esta tienda, una sirena con los dedos como diciendo ‘ok’, el pelo rizado, cuerpo escamado, una teta asomándose y el rojo y azul sobre ese amarillo inconfundible. Realmente una joya. Encontramos varias versiones del logo en los alrededores de la tienda, incluso versiones más viejas, con una tipografía ornamental, como si fuera hecha a mano. Por ahí andan las fotos. Pero nos pareció aperísimo que esta tienda tuviera incluso un piso con mosaicos rojos y amarillos con una sirena como decoración en toda la calle. 

Empezamos a averiguar el origen de ese logo. No recuerdo quién ni cuando, nos dijo: “Cuenta la leyenda que cuando don Román Ramos compró el edificio donde está la tienda, dentro se encontraba una pila de estos mosaicos, decidieron usarlos en la acera de ahí nació el nombre.” Viví por muchos años con ese cuento en la cabeza. Me hacía sentido.

Hace unos años estuve en Barcelona. Un día fui a almorzar con mis tios, quienes se habían mudado a un apartamento que yo no conocía. Al entrar en el lobby, veo que una pared está cubierta por mosaicos y, ¡oh, sorpresa! ahí estaba la famosa sirena. Para mi sorpresa, no estaba sola. También había un marinero, una mujer con redes en las manos y otro solo con agua. Saqué mi celular (ya no tengo la PowerShot) y le hice fotos y se las mandé a Ian de una vez.

El año pasado, camino a Santiago a ver la exposición de Jorge Pineda (donde tuvimos la dicha de verlo por penúltima vez), toqué el tema de los mosaicos. Comenté en el grupo la historia que teníamos sobre el nombre de la tienda y que quería saber qué tan cierto era esa versión. Para mi sorpresa, Carla, esposa de Ian, me dijo que conocía a Tony Ramos y que podía preguntarle sobre el origen de esos mosaicos y su relación con el nombre de la marca. 

Inmediatamente nos confirmaron que estábamos en un error. El sr. Tony Ramos nos dice: “Cuando Tío Román le compra La Sirena a los Pacheco (unos gallegos que ya no viven aquí), por el año 1966, arriba de la tienda estaba el periódico La Nación, que tenía una sirena que sonaba al mediodía.”

El nombre de La Sirena no tiene nada que ver con el mítico personaje femenino ni con los mosaicos de la acera de la Mella. Los mosaicos aparecieron años más tarde, a finales de los 80’s, cuando los Aguayo compraron una máquina que hacía esos mosaicos y venía con esos diseños ya hechos, y salieron a venderlos. Al parecer, los Ramos compraron los mosaicos y los colocaron en la acera.

Todavía tengo preguntas. ¿Cómo entonces el logo de la tienda llegó a ser representado por el personaje mitológico de una sirena? ¿Habrá sido cuando cambiaron de ser una tienda de textiles a cosméticos y perfumería para identificarse más con su público objetivo para posicionarse como “La reina de los cosméticos”? ¿Hubo algún logo anterior? ¿Quién diseñó ese logo? ¿En qué año? ¿El color amarillo de la marca vino del color de los mosaicos o los mosaicos los hicieron custom para ellos? En fin. No es que no podamos vivir sin esas respuestas, pero voy a averiguar con los Aguayo a ver qué me dicen. Si alguien sabe algún otro dato, agradecería que nos deje saber. Prometo agregarlo a este artículo.


-Jorge González 
28 de febrero del 2023




Mosaicos de la tienda La Sirena en la av. Mella. (y los tennis de Ian Victor) Canon PowerShot, 2003.



Mosaicos de la tienda La Sirena en la av. Mella. Canon PowerShot, 2003.

Mosaicos de la Calle Juventut 16, L’Hospitalet de Llobregat . iPhone 5, 2012.



Logo viejo de La Sirena (©Grupo Ramos). Circa 2000.


Update - Marzo 1, 2023

Ayer subí este post que tenía semanas queriendo escribir y lo acompañé de una publicación en mi cuenta de Instagram y varios amigos se acercaron con información.

Un dato muy valioso vino gracias a Ryan García. Me enseñó un libro titulado “El origen lejano de una historia cercana - Inicio y evolución del grupo Ramos”.

En el mismo, el sr. Román Ramos cuenta: “Pronto, se hizo necesaria una identidad visual que facilitara el reconocimiento de La Sirena como marca y que a la vez, fuera la imagen publicitaria. Fue entonces cuando surgió la sirena marina como logo.

Román precisa que el primer diseño data del año 1968 y que fue idea de un vecino que trabajaba como creativo en una reconocida agencia publicitaria.”

Aunque no revela el nombre de quien fue, nos da una pista. Quizás es tiempo de hablar con las leyendas de la época.


En el libro se encuentra una imagen del logo realizado en 1968. Es lo que parece ser la versión original, con un look sesentón, peinado alto y coqueto. Una flor en el pelo y la cara bien graciosa. El mar tiene más movimiento y tiene la misma onda ilustrativa del pelo. El logo, colocado en la parte inferior de la ilustración, se siente dibujado a mano y combina estilos tipográficos serif y sans serif al mismo tiempo. El amarillo no parece figurar en la composición.

También aparece un logo  tipográfico de cuando era Almacenes La Sirena, la tienda original, propiedad de Félix Fernández Rodríguez y de Manuel Ramos Rodríguez, fundada en los 1930’s.

Ya nos queda claro que el mosaico y el logo son de épocas distintas. El logo vino primero, (al parecer cuando el sr. Román adquiere la tienda), por lo que los mosaicos son una coincidencia que le cayó como anillo al dedo a la tienda cuando los Aguayo se los ofrecieron.


Izquierda: Primer logo Almacenes La Sirena. Derecha: Primer logo con la sirena marina. Circa 1968.
El misterio de los diseños geométricos
en la arquitectura vernácula dominicana


Una exploración por los diseños geométricos de las fachadas de las casas de campo en República Dominicana.

La arquitectura dominicana está llena de detalles. Es un tema que me apasiona mucho, más que como conocedor, como expectador. Estoy rodeado de arquitectos por todos lados, y esto para mi es un plus pues me gusta preguntar, conocer, entender. Creo que la arquitectura y el diseño espacial es muy complejo y difícil porque siento que nos afecta directamente a una manera muy profunda.

A mi los espacios me llaman mucho la atención. A menudo me encuentro atraído por ellos. Me gusta experimentar cómo me hacen sentir. Además, me llama mucho la atención el caracter estético y los detalles. A veces salgo a montar bicicleta a fotografíar letreros, lugares, etc. y muchas veces termino documentando detalles de espacios, estructuras, casas y construcciones. Me llaman mucho la atención también los elementos decorativos, los hierros, los blocks calados, cancelas, tragaluces, las paletas de colores, etc..

Muchos de estos paseos a veces incluyen entrar a las casas y conocer los espacios por dentro, cuando me invitan a entrar, claro. Sólamente entro sin permiso a construcciones y a casas que demolieron o están en proceso de demolición o remodelación. Lo cual también hago a menudo.

Más adelante intentaré hacer una compilación de distintos detalles, empezando por los hierros y por los faldones decorativos, que son de los detalles que más he documentado.

Mucha de esta documentación la hago también cuando tengo el chance de salir de la ciudad. Recientemente he estado viajando a menudo al sur y al nordeste de la isla. Los detalles en esas zonas son riquísimos. 

El año pasado tuve el chance de salir una mañana a andar gran parte de la carretera de El Limón - Samaná. Había pasado por ahí el día anterior y quería hacer fotos de las fachadas porque me di cuenta que casi todas estaban pintadas recientemente y que, aparte de que las paletas de colores eran bastante similares, tenían unos diseños geométricos triangulares y de trapezoides bastante característicos. Fueron unos cuantos kilómetros de casas de madera y cemento, todas con diseños geométricos simples pero con mucha personalidad.

Unos meses después, un día de vacaciones decidí ir a Baní, a explorar la zona de Villa Sombrero y ahí también encontré diseños geométricos similares. La paleta de colores era más variada pero eran los mismos diseños. 

Estas similitudes me causaron mucha curiosidad. ¿Existía algún programa del gobierno destinado al remozamiento de las casas y decidieron implementar estos diseños? ¿Las formas geométricas se habían convertido en una moda en esas localidades? ¿Había un pintor que estaba esparciendo su estilo?

Decidí investigar un poco a ver qué encontraba. Encontré un par de Puerto Plata y recientemente encontré un par en Santo Domingo. Revisé las cuentas de @fachadas.do @rutadelascasastipicasrd @fundacion_pro_conservacion y @centrohistoricopop allí encontré muchas alrededor de las Galeras, Samaná. Contacté a Olympia, que es quien está detrás de la Ruta de las casas típicas y ella consultó con algunos arquitectos que la acompañan y ayudan en su proyecto. Ellos le dieron esta respuesta:

“Ese es el misterio de la arquitectura popular dominicana, que se diseminó en todo el país con sus mismos componentes paralelamente. Hay variaciones menores por región, pero en un sentido amplio es la imagen de la arquitectura de todo el territorio".

Sigo investigando. En mi próxima visita tocaré un par de puertas a ver qué me dicen. Si alguien sabe algo sobre el origen de estos diseños, siéntase libre de contactarnos. 

En el último mes he estado explorando unas piezas basadas en esas fachadas, haciendo abstracciones y centrándome sólamente en los diseños. Spray paint sobre papel. 

Aunque puedes verlas más abajo, presentaré estas exploraciones en la galería desde el jueves 8 de diciembre 2022. Estarán expuestas junto a la documentación fotográfica hasta enero 2023.


-Jorge González 
21 de noviembre del 2022




Exploración de Fachadas de las casas de El Limón, Samaná y Baní.


SANTO DOMINGO ES UNA POESÍA.

Palimpsesto Gráfico Urbano:

Memoria e identidaden constante construcción.




Santo Domingo es una poesía. 2022.



“…veréis los lugares o sitios de la dicha isla y conforme a la calidad de la tierra y sitios y gente, allende los pueblos que ahora hay haréis las poblaciones…

1501 Del Rey a Nicolás de Ovando


Palimpsesto Gráfico Urbano: Memoria e identidad en constante evolunción.


En la primera década de los 1500, fruto del plan de colonización española, existían alrededor de 30 núcleos de población repartidos en toda America. Este plan respondía a un proceso de ocupación y ordenamiento territorial, incorporando nuevos territorios al dominio español. Ya para 1519, estos núcleos entran en contacto con las civilizaciones de America Central, siento Santo Domingo la capital administrativa. Ese diseño de cuadrícula rectangular y amurallada que Nicolás de Ovando comenzó en 1502, constituía un proceso de construcción social en el que tenía protagonismo lo político, lo religioso y las clases sociales. Desde la conquista existía la clara necesidad de crear, a través de la ciudad, un espacio social donde se definan lugares específicos para el dominante y el dominado, el campo y la ciudad. Esta idea, a pesar de que sigue instalada en nuestra raíz, empieza a desdibujarse y se vuelve más abstracta cuando empieza a quedar atrás con la demolición de la muralla para dar paso a nuevas zonas urbanas.

Desde entonces, la ciudad ha ido en constante evolución, dibujando nuevas tramas urbanas que re definen el uso de los espacios a través de tejidos homogéneos que han perdido definición a medida que la sociedad avanza, su extensión crece y se construye un imaginario colectivo basado en la fantasía. ¿Qué conexión tiene esta evolución en la construcción de nuestra identidad y en la negación de nuestro pasado? Para la era de Trujillo, la ciudad crece el triple de lo que era en 1930. El tiempo y la velocidad de crecimiento de la población ha hecho que estas tramas se vuelvan a escribir y su uso sea replanteado sin organización ni planificación, con una visión post dictadura, donde el comercio y el sector privado toma control de la misma y se construye en base a sus intereses. Una suerte de constantes superposiciones de capas físicas y huellas de memorias tangibles y efímeras.

La idea de orden y regularidad ha cambiando. Lo que eran las afueras de la ciudad son urbanizadas. Las zonas residenciales se vuelven comerciales. Se borra el aeropuerto General Andrews y sobe este terreno se da inicio a Naco y luego a los sectores subsecuentes.
El crecimiento de Santo Domingo no para, la falta de una visión de urbanismo a futuro y eficiente ha hecho que el ordenamiento pierda el sentido, dejando un palimpsesto urbano que guarda la idea de lo que un día fue y sobre el cual se escribe un nuevo texto. Gascue ya no es arte ni ciudad jardín. Es un caos diurno de tapones por calles colapsadas por el exceso de carros parqueados en ambos lados de estrechas calles. Gascue es ahora oficinas gubernamentales, consultorios médicos y edificios de más pisos de los permitidos, donde antes fue una farmacia, que a su vez antes fue una casa de familia y que antes fue una pradera o un monte donde Francisco Gascue soñaba establecer su estancia en 1735. Una extraña memoria urbana que queda fruto de esa evolución caótica y desorganizada de la ciudad, que podría hablar sobre el comportamiento de su sociedad, que pareciera querer borrar ese pasado colonizador para cambiar hacia la auto construcción de un entorno más afín a sus creencias y necesidades, donde reina la intuición.

Caminando por Santo Domingo, a menudo también se encuentran registros de memoria gráfica tatuada en las paredes de la ciudad. Mucho de este contenido es el resultado de años de uso del espacio público con fines comerciales, por encima de todo. Hoy, el espacio público empieza a estar compartido con otros tipos de expresiones, agregando nuevas formas de ver su uso y aportando una capa más a su estética.

Esta es una documentación de piezas encontradas en nuestra ciudad y que han sido creadas con el paso del tiempo, donde se sobreponen un anuncio de ‘Aprenda salsa en 21 horas’ con un graffiti de Ray. El Chino Yaniqueque con el K-so Pirín, mientras se asoma un rostro de Balaguer, justo al lado del periódico Ultima Hora, y 3 versiones del logo de Pepsi tapando lo que parece ser un anuncio de Taxi-Jesucristo Viene Ya. Contándonos otra historia, donde la política, la religión y el comercio siguen como protagonistas.

Este multi layer gráfico es fruto del acto inicial de borrar, negar que algo sucedió. La imposición de lo nuevo sobre lo viejo. Acto sobre acto. Forma sobre abstracto, sobre forma, sobre letra, sobre imagen y sobre abstracto, dando como resultado una piel a la cual se le puede realizar una autopsia visual para descifrar su evolución y que nos deja cuestiones sobre memoria, identidad, visión colectiva y sobre el uso del espacio público donde haya una participación más democrática y todos puedan tener un espacio para su voz.

¿Guarda alguna relación la sobreescritura de los distintos trazados de urbanismo con  esta memoria gráfica?


-Jorge González Fonseca





Propuesta Mural Av. Ortega y Gasset esquina San Martin.




Horario

Lunes a Viernes  de 10:00 AM a 6:00 PM

Para citas fuera de horario
Escribe a: galeria@modafoca.net
Ahora en MDFC Galeria

Caras del Skate
Exposición Documental
Christopher Ricardo Blandino

Inauguración Febrero 23, 2023
Clausura Abril 28, 2023